La zona que rodea al lago Nabor Carrillo, hoy delimitada como reserva ecológica, está poblada de aves nativas todo el año y de aves migratorias durante el invierno. Según algunos expertos en avifauna que han observado y seguido a los pájaros que se posan en los árboles, este punto del Valle de México es el lugar más importante en el área para las bandadas que recorren rutas migratorias. Miles de estos animales —principalmente patos como el bocón, la cerceta de alas azules, la cerceta café, el pato tepalcate, el golondrino, el chalcuán y el pato coacoxtle— se sientan sobre las aguas de este vaso regulador en grupos de un par de cientos de animales, flotando sobre ellas, haciéndolas su casa por unos cuantos meses.
Las migraciones son procesos de largos desplazamientos por aire, que implican a veces sobrevolar porciones continuas de océano y tierras inhabitadas, llevando a cabo largas jornadas de vuelo con cortos descansos. Grupos de aves llegan cada año al mismo lugar con la certeza de que al año siguiente van a regresar, sabiendo de alguna forma que las generaciones posteriores de su especie recorrerán exactamente la misma ruta: miles de kilómetros que luego, desandarán. [...]