Cuando se vive en la Ciudad de México, los momentos de silencio que se abren cuando mengua el ruido que agita a la metrópolis, están poblados siempre de un zumbido. Puede ser el zumbido de los refrigeradores sonando todos al unísono, filtrándose por las rendijas de las puertas de todas las casas. Las cajas de estos electrodomésticos hacen resonar los objetos que se guardan dentro como grandes tambores. Sumados, agitan levemente la tierra al emitir sonidos profundos que primero hacen retumbar al cuerpo y luego llegan a los oídos. Puede ser el sonido de las motobombas instaladas en algunos edificios, las cuales envían el agua desde el subsuelo hasta los tanques, arriba en las azoteas. Pueden ser las voces de personas conversando, llegando desde diferentes direcciones a nuestros campos audibles. Puede ser también el zumbido de los cables eléctricos extendidos a lo largo de las calles, suspendidos en el aire y encontrándose en los postes inclinados que se anclan a veces en las aceras. [...]
Zumbido
in ENCICLOPEDIA