Unos cuantos pájaros se posan sobre el agua. A lo lejos, se ve un vaho amarillo que impide ver los volcanes. El monte Tláloc se ve perfilado como una masa oscura. Más cerca, el “Guerrero Chimalli”, una estatua inmensa de metal rojo, aparece erguida en medio de pequeñas casas y edificios. El agua ondula un poco, en arrugas leves que se levantan y hunden. El reservorio de agua se ve grande desde este punto de vista. Huele a mar, aunque el océano más cercano se ubique a cientos de kilómetros. También huele a algas descompuestas, acumuladas en las orillas como capas de moho verde. El agua está un poco turbia, como un espejo de plata en el cual se acumulan el vapor y las huellas dactilares. El viento sopla, despeina y emite un sonido fuerte al atravesar algunos pinos que están sembrados en hileras al otro lado del camino. [...]
Clima
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