Soy la nueva roca, el nuevo sólido, el nuevo estrato de la tierra. Soy un híbrido de polvo y líquido, una reacción química que rápidamente convierte el calor y suavidad de una masa arenosa en un bloque duro, geométrico, pesado y frío. Desde hace más de cien años me he extendido por la superficie de este planeta como el símbolo de un nuevo mundo, que para crecer ya no necesita de sus capas de lodo y piedra; ahora me anclo en ellas y las hundo con el peso de edificios, puentes, calles casas y aeropuertos, todos ellos extensiones mías, síntesis pura de mis elementos, hechos con la carne gris de mis moléculas. Mi alma es de acero, un compuesto nuevo y mejorado de metales milenarios. Soy un milagro, una aparición, porque emerjo casi de la nada con la dureza más contundente y me multiplico y expando con el solo llamado de la voluntad humana. [...]
Concreto
in ENCICLOPEDIA