Metro

La línea siete del metro es la más profunda de toda la red de transporte subterráneo de la Ciudad de México: para tomar los trenes en dirección a Barranca del Muerto o a El Rosario, se deben bajar tres niveles de escaleras, cada uno sumando la altura de tres sótanos superpuestos. La temperatura se eleva a medida que los cuerpos de todos los pasajeros se internan en los túneles, atravesando estratos geológicos cada vez más profundos. La plataforma —donde se detiene el tren y se agolpan los transeúntes en sus bordes, intentando subir al carro en empujones de cuerpo con cuerpo— podría estar construida justo debajo de las capas arcillosas que guardan un acuífero somero, en medio de las primeras capas rocosas de esta porción de corteza terrestre. El tren transita entonces bajo tierra, de norte a sur, bajo los cimientos de las edificaciones de la parte occidental de la ciudad. [...]