Los desechos orgánicos que expulsa la Ciudad de México son acumulados bajo superficies de membrana plástica, para luego ser comprimidos como si fueran una capa más de tierra en proceso de sedimentación: a esto se le llama “relleno sanitario”. A pesar de estar compactados y confinados a lugares demarcados, los rellenos siguen siendo superficies de tierra metropolitana con un uso de suelos indeseable y problemático. Los desarrolladores inmobiliarios han modificado este uso de suelo al construir, encima de los rellenos, edificaciones que obligan a alzar la mirada hacia lo alto de un edificio cubierto de cristales, y en ello olvidar que un proyecto nuevo está apoyado sobre una capa gruesa de desechos comprimidos. Este es el caso de Santa Fe, al occidente de la Ciudad de México: un distrito financiero de altos edificios construidos sobre rellenos sanitarios. Ciudad Jardín Bicentenario está cerca del actual aeropuerto, siendo otro caso conocido de un basurero rehabilitado: un complejo comercial y deportivo que se levantó sobre el antiguo bordo de Xochiaca, al oriente de la ciudad. [...]
Rehabilitación
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