Te saludo: soy el agua. Siempre me transformo y por eso mi voz a veces se confunde con la voz de las cosas sólidas, de la tierra, incluso del aire: en casi todo hay un poco de mí, adherido a las moléculas de otros elementos. Estoy en ti también, recorriéndote, limpiándote, introduciendo en ti los alimentos, saliendo de ti como desecho. Soy aquello que te conecta con todo lo demás, que te convierte en parte de todo lo demás; soy ese fluido que borra tus fronteras. Soy el elemento más volátil y a la vez el más presente; tu salvador y tu destructor. […]
Agua
in ENCICLOPEDIA