En el informe de los recorridos arqueológicos de Parsons y Morett por los terrenos del lago de Texcoco en la década del 80 y 90, se menciona la presencia de cierto relleno de escombros del Distrito Federal en las orillas de los caminos recién abiertos por la Comisión Nacional del Agua. Dentro de estos escombros, los arqueólogos encontraron tepalcates, piedras talladas y otros objetos del mundo indígena antiguo mezclados y confundidos con los materiales de la ciudad. Una parte del trabajo de campo de estos dos académicos se desarrolló en estas acumulaciones de escombros, intentando distinguir las figuras más antiguas entre los pedazos de construcciones más recientes: encontraban mezclados lo milenario y lo actual, objetos valiosos confundidos con objetos mundanos. […]
Arqueología
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