En 1983 la Comisión del Lago de Texcoco redactó un informe reportando avances de los proyectos propuestos para la zona delimitada bajo el nombre de este desaparecido lago. Un poco más de diez años habían transcurrido desde el decreto de constitución de esta zona. Las imágenes impresas a cuatro tintas (desfasadas), mostrando áreas de pasto verde con vacas y cerdos, obras en proceso de desarrollo y bosques extendiéndose hasta perderse de vista, distaban mucho de aquello que se encuentra ahora en los mismos terrenos. El lenguaje técnico que usaron los ingenieros para redactar el informe, con sus promesas de futuro, optimismo y anticipación, se aleja también de la realidad que se observa hoy, treinta años después, en los terrenos del Lago de Texcoco.
En el informe hay también un mapa impreso en varias tintas desfasadas que hacen ver en él fronteras temblorosas, las cuales en el curso de las décadas siguientes fueron cambiando, reacomodándose a las circunstancias políticas que han presionado constantemente los bordes de los terrenos. Dicho mapa muestra cómo se proyectaba la partición del suelo del lago para el fin del gobierno de Miguel de la Madrid en 1988. [...]